
15 abril, 2022 VIERNES SANTO
DEBILIDAD
«Dios, clavado en la cruz, permite que lo echen del mundo. Dios es impotente y débil en el mundo, y sólo así está Dios con nosotros y nos ayuda. Cristo no nos ayuda por su omnipotencia, sino por su debilidad y sus sufrimientos… Esto es lo opuesto a todo aquello que el hombre religioso espera de Dios. El hombre está llamado a sufrir con Dios el sufrimiento que el mundo sin Dios ocasiona a Dios».
Se trata de contemplar -como recomienda San Ignacio- «como si presente me hallare»- el misterio de la muerte en cruz del Hijo de Dios, del Jesús, hermano y redentor nuestro. Un misterio, lleno de sentido salvador para cada hombre, que no requiere hoy tanto exhortaciones sentimentales ni explicaciones doctrinales, como hondura de fe.
Es el núcleo de la fe que incide en la vida de cada uno de nosotros. No es solamente un misterio a contemplar, sino un misterio que debemos vivir como la fuente más profunda de todo nuestro comportamiento. Nadie puede ser cristiano sino asume este hecho: el Hijo de Dios, Jesús de Nazaret, ha entregado su vida aceptando la muerte y la muerte en cruz.
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